viernes, 24 de abril de 2009

Calmante


Te das cuenta que deberías estar bajo estrés.
Y estas tranquilo.
Deberías de estudiar, pero te sigues relajando.
Estas en la cama y no te das tantas vueltas como las que acostumbras.
Y lo mejor de eso es que te das cuenta de todo eso... y te da lo mismo.

Llegas a un control importante.
Todos están urgidos.
Tu hablaste con una niña en el metro en vez de repasar.
Sonríes, no te sudan las manos.
Te dan el control, lees todo, como siempre, piensas que no sabes hacer nada.
Empiezas a hacer cosas.
Se te ocurre una cosa absurda que de costumbre te enojaria, y en vez de eso, esta vez, te hace morirte de la risa.

Eso es lo que pasa cuando tomas calmantes.
Es divertido por un rato.
Pero no por mucho.

No hay comentarios.: