martes, 26 de octubre de 2010

Fractura otra vez?

Ojalá nos equivoquemos con Lican y no sea Cassandra porque sino terminaré muy pronto en la clínica! :D
Por otro lado, el diccionario de los sueños tampoco me gustó.

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Después de una fiesta donde el alcohol llovió mamá y yo volvemos a pie.
Ella está perdida:
"-Pero tendría que estar a nuestra izquierda esta casona!
-Madre, mira, seguimos por el callejón y llegamos a la gran avenida! Ahí encontraremos un taxi."
La casona de la cual estamos hablando es del tipo renacentista y el piso del callejón es de adoquines.
De repente se oyen los sonidos de una carrera, y enseguida veo las luces de leds que llegan sobre nosotras.
Empujo a mamá que no se da cuenta del peligro por la velocidad en que todo pasa.
En el último momento el conductor nos ve, intenta evitarnos pero aun así nos pasa a llevar con el ala del vehículo.
De miedo, de furor, tiro con todas mis fuerzas la muestra de shampoo que nos regalaron. Rebota en la ventana sin dejar marca.
El conductor se baja y me grita:
"Estas loca? No le tires nada a mi auto!
-Nos pasaste a llevar! Nos hiciste daño! Además mira como quedó tienes que mandarlo a arreglar."
Toda la parte delantera del auto esta doblada.
Hay dos pasajeros en el auto, una señora de copiloto y un hombre atrás. Ambos parecen drogados o en estado de shock, me miran como si fuese su madre, que los retara por alguna tontería sin importancias que nos hacen llorar cuando chicos solo porque nos damos cuenta que no lo podremos hacer todo bien en el futuro.

Miro que mamá se encuentre bien.
Pasó susto pero se encuentra bien, tendrá unos moretones.
Seguimos caminando hasta llegar a la avenida dejando desconcertada a la gente del auto.

Dejo a mamá en casa y en ese momento me veo la mano izquierda.
Mi pulgar y mi indice tienen ángulos anormales y nos los puedo mover.
Quiero pasar a la clínica pero Sasha me espera.

Tenemos que pasar donde la anciana que falleció el otro día. Sasha quedo a cargo de alimentar a los gatos.
Cuando nos juntamos me promete que no será largo y que después me llevará a urgencia.
Es entonces donde doy gracias mentalmente a mi madre por haber tomado el seguro en la clínica, porque me atenderán sin tarjeta de crédito.

Es en una calle peatonal. Las puertas son dobles, de echo con el tiempo que hace, las primeras puertas de todas las casas están abiertas y se ven las cortinas de las segundas puertas.
Siempre me han gustado estas casas. El único problema es que son muy oscuras a mi gusto.

Entramos y Sasha va directo a la despensa a buscar la comida. Es la primera vez que lo acompaño. Miro a mi alrededor para impregnar mi cerebro con las cosas que me rodean. Siento que cuando hago un "scan" de los lugares tal como ahora aun que me de ceguera repentina e inmediata encontraré mi camino de vuelta hacia afuera.

Es entonces que me doy cuenta que esta señora que ama a los gatos tiene algún parecida con la LandLady de Roald Dahl. Tiene todas las pieles de sus gatos como alfombra tanto en los muros como en el piso.

Por fin Sasha a terminado y mi alivio no es fingido cuando nos aproximamos a la puerta. Pienso en Luno que me hablaba de muchas cosas que el encontraba "tetricas". Para mi aquí es un buen ejemplo.

No siento mis dedos heridos pero mirar mi mano es un sufrimiento.

Cuando pasamos la primera puerta vemos pasar una ola de gente en la calle, el miedo y la histeria son palpables.

"Ah, me dice Sasha, sabía que pasaría, es la revolución. Supongo que tu mano tendrá que esperar otro rato"

1 comentario:

Arturo dijo...

me alegro que todo haya sido un sueño, me urgí D: