lunes, 11 de octubre de 2010

Persa


"Ok, nos encontramos en un rato, de todos modos tienes mi teléfono, cualquier cosa me llamas, quieres plata?
-No gracias me dice Bot"
Yo tomo la calle de la derecha del galpón.
El cuarto stand venden posters enmarcados. Entre esos, 3 de Bleuette, en una época donde todavía no era famosa. Otra donde está con Copinou en la misma época.
Yo les sonrío, siempre supe que sería famosa.

Unos cuantos stands más allá venden comida, compro té helado en polvo y un tarro de pollo. Le pido a la vendedora que me lo abra.
Sigo caminando por los pasillos comiendo pollo.

(8)봄이여 오라(8)
"Alo?
-Encontré un poster de Copinou, tienes 300 pesos que me pases?
-Claro, donde estas?
-En el primer pasillo.
-El de la derecha?
-No! El de al medio.
-Voy"

"Hola todos! Son demasiado para que los salude cada uno! Vamos a ver los autos o no?"

Comprar un auto siempre es algo importante, sobre todo cuando es el primero.
Puede que sea tonto que haya invitado a tantos amigos para comprar mi primer auto, sobre todo si es un dos plazas, pero me hace feliz llegar al galpón Porsche con todos mis amigos.

Ustedes ya habían llegado y a ustedes si los saludé, a ella primero, y a ti después, tal vez un poquito demasiado tiempo, pero cada segundo vale la pena.

En el lugar hay un piano un clavinova. Ella se sienta y tu a su lado. Ella toca tan bien, tu la acompañas en los agudos y pulsas los pedales.
Yo me siento en el piso para escucharlos mejor.
Entonces ella para y te dice:
"No avances tanto el pie, después te demoras mucho en soltar el pedal y no suena perfecto.
-Escuché que lo mejor para tocar piano era usar zapatos de bowling porque no tienen taco, agrego yo"
Ella levanta los ojos al cielo. Para mi significa "Que sabes tu?! Cállate!" pero es verdad, no es lo mio, no se nada por lo que no agrego nada.

En ese momento sacas los pies de debajo del piano y nos muestras con mucho orgullo tus zapatos de bowling.
Yo te sonrío y ella se para entre decepcionada y enojada.
Como tengo mi cabeza a unos centímetros de tus rodillas la apoyo en ellas.
En un impulso de cariño tu mano se acerca y sabemos que me vas a acariciar el cabello.
Tu mano se detiene y levantas los ojos.
Cuidado.
Ella te lo dice, tu me lo dices, y hasta yo me lo digo, todo esto en una ínfima parte de segundo, pero aun así ya es muy tarde.
Y me das una cachetada.

No fue muy fuerte, pero me duele, tanto, lo siento hasta el estomago.

Termino yéndome sola, en mi nuevo boxster.

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