lunes, 1 de noviembre de 2010

Final 1


En el matrimonio estaban los tres, ella era la madrina, habían preparado todo en conjunto.
Hasta las revistas de bodas habían venido a sacar fotos para un número especial.
De todos modos la prensa estaría presente en la ceremonia, no se podían casar sin ruido.
Una de las bodas más esperadas del año, 800 invitados, de los más queridos a los más importantes pasando por los más interesantes.
Durante la ceremonia todo era perfecto, ni le habían dejado elección al cura, cada palabra que pronunciaba había sido pesada y mesurada para no causar ninguna desgracia diplomática.
La única en llorar desconsoladamente era la madrina, unos decían que era el estress, los que menos los conocían pensaron que era loca, los mal hablados decían que entregaba el amor de su vida hoy, pero la verdad es que estaba emocionada, conmovida y que las palabras consagradas del matrimonio siempre la habían echo llorar.
Ella había comprado el auto de colección para el transporte.
También había preparado la luna de miel, para que no supieran a donde los mandaba había comprado ropa para los dos y armado una maleta para cada uno.
Lo único que sabían los recién-casados era que después de siente noches ella llegaría para llevarlos en un viaje de descubrimiento.
La fiesta terminó a las 8 de la mañana y ella manejó el auto hasta el aeropuerto.
"Los quiero" les gritó pero no la oyeron, los motores del avión hacían mucho ruido, además el viento gritaba a las orejas.
Ella pensó: "El amor no solo deja ciego sino que sordo también parece."

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