martes, 2 de noviembre de 2010

Grenouilles

Bleuette grita y grita desde la otra cabaña.
Anat no puede hacer nada, está amarrada a la cama.
"Déjenla! Es una niña! Le tiene miedo a las ranas.
-Tiene que aprender a controlar sus miedos, crecer en sus gustos.
-No la obliguen. Si me la traen yo podré convencerla."
Anat se da vuelta y toma su pulgar derecho en la boca. Es lo único que tiene para protegerse. Eso que hizo los 10 primeros años de su vida, único consuelo al dolor que le provoca el llanto y los gritos.

Escucha una niña correr. Reconoce su paso.
Bleuette llega con sus ojos azules gigantes lavados por las lagrimas.
Los dos dedos en la boca.

"Me hicieron tocar los renacuajos, dice sin sacarlos de ahí.
-Vuelve, le dice Anat en lenguaje sordo mudo, en mi cama no te pasará nada."

Un movimiento de cabeza, fuerte de arriba hacia abajo. Bleuette entendió.
Se va corriendo tal como llegó.

Anat sabe que no la puede proteger del mundo, es una mentira más.
Sus lagrimas corren y mojan la almohada.

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