miércoles, 16 de abril de 2008

Un mar de momentos

Ayer vi el mar. Perdí la cuenta de la vez anterior. Lo miré y me perdí en su inmensidad, la que me recuerda mis primeros años de colegio, mis Domingos preocupados, mi vida en los colegios cuando pequeño. Lo ví y recordé mil cosas.

Lo conocí en antofagasta, lo dejé al llegar a Santiago, lo reencontré en Iquique, lo extrañé en Calama y lo sueño de regreso en Santiago. Y Ayer lo ví, frente a mi, El mar que compartía mis angustias infantiles ahora nos traía nuestro sueño, nuestro Carro Americano, Después de 4 años de arduo trabajo para mi compañía y de 2 para mí, lo logramos. Todo gracias al esfuerzo y dedicación de oficiales, voluntarios y el aporte de la comunidad, especialmente de quienes nos incitaban a seguir adelante con una sonrisa, con su ánimo, entre otros detalles.

Las cosas cambian, aunque todos piensen distinto para mí ya no hay duda. Y aunque aún no entienda 100% el mensaje de El Principito, sé que uno puede llegar a ser mejor persona y feliz en la vida con cosas sencillas.

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