jueves, 24 de septiembre de 2009

Aprende a llorar y vuelve a decirme eso.

En una avenida de Santiago, en el borde hay un bloque de concreto ahuecado en el cual crecen plantas pero especialmente pasto.
Anat esta sentada sobre el pasto.
La luz esta decayendo sobre la cuidad.
Muellkia hace deporte en la vía publica.
Anat, para variar, esta muerta de frío, aunque nunca lo admitirá, pero además como siempre también, feliz de pasar un tiempo fuera de la cotidianidad.
Después de haber terminado sus ejercicios Muellkia se acerca a Anat.
"-Recuerdas lo que te dije el otro día.
-Cada palabra, ya sabes que soy así.
Lagrimas empiezan a aparecer en los ojos de Muellkia. Y el agrega:
-Pues me cuesta mucho decirte esto, pero, no puedo seguir viéndote, se que esta mal. Además te hago daño.
-Para nada, deja que yo me encargue de mi parte de esto.
-No mientas."
El le toma la cara en una mano porque Anat huya su mirada.
Una gota salada cae es la mano de Muellkia.

El problema de esto es que después de esto Anat lo vuelve a dar vuelta y vuelta, y recuerda lo que Bleuette había dicho de Muellkia: "El es como Francisco, es un genio, actúa de forma increíble, y tiene genio de situación."
Y por ende, las lágrimas de Muellkia no convencen a Anat, y mucho menos su discurso.

Agregado a las 20:48
La verdad es que Anat besa a Muellkia, aun que ella sabe que el no quiere. Y en verdad si lees esto te pido disculpas, porque no me gusta que me hagan eso.
Y no es que haya omitido esta parte cuando publique esto esta mañana sino que lo recordé hace poquito.

Finalmente puedes decir que atormentas mis noches, y que mis noches atormentan mis días, y por ende tu también.

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